martes, 14 de junio de 2011

Carta de un isleño

Estimado señor, yo no sé quién es usted sin embargo usted parece saber muchas cosas de mi. Parece ser que soy un Ni Ni, un pseudomarginal, un perroflauta, un vago, un niño de papá, un ocioso y así hasta un número considerable de adjetivos calificativos... Lo cierto es que estos días me cuesta mucho encender la televisión o asomarme a la prensa o escuchar la radio en según que voces y palabras y no echarme a temblar de indignación.

Le diré quien soy yo, ya que a diferencia de usted no me atrevo a decir quienes son el resto de mis compañeros, si bien después de varias jornadas con ellos me atrevería a decir, que al menos son gente corriente que está cansada de que le tomen el pelo.

Soy un joven de la provincia de Huelva que Si trabaja. Tengo 42 años. Trabajo en un un sitio el cual a usted no le importa y cobro como muchísima de la gente de este país un sueldo que apenas roza los mil euros. Y fíjese que como le he dicho vivo en en la provincia de Huelva donde la vida no es barata precisamente.

Me gusta el Arte y en general todas las manifestaciones de la cultura humana, siento pasión por la música desde una sonata de Bach hasta Led Zeppelin, puede decirse que soy una persona bastante ecléctica.

Pero desde hace días me tiro a la calle para protestar. Yo, ese nini que se levanta a las siete de la mañana para coger mi vehículo para desplazarme a mi lugar de trabajo después de haber salido por la mañana, se pone unos vaqueros y unas zapatilla y se va corriendo con un bocadillo al templete de la música, es NiNi que lleva toda la semana durmiendo cinco horas cada noche, pero que se siente feliz al sentir que por fin algo está cambiando.

Y me encuentro cada día con más gente, gente de todas las edades de todas las condiciones a la que nos une algo, el sentido común. El no poder aguantar más una situación insostenible. Yo no sé lo que verá usted al salir de su casa, yo me harto de ver a madres buscando ropa en la basura, a gente haciendo cola cuando los supermercados tiran la comida caducada, a personas en paro que no saben cómo vivir, me canso de ver a una generación de jóvenes sin futuro, que a pesar de lo que ustedes crean tienen mucho qué decir, me canso de ver como tiran por la borda nuestra vida, la de millones de ciudadanos.

Y por eso protestamos, no por un partido, no por una ideología, sino por principios. Porque estamos cansados, porque duele ver que nuestros padres los que tanto trabajaron y dieron su juventud para que nosotros tuviéramos todas las comodidades tengan que seguir ayudándonos porque no podemos independizarnos, y ver sufrir a un padre es algo doloroso. Igual que ver sufrir a un hijo, un hermano, un amigo..porque somos gente normal, esa que no tiene demasiado dinero ni es demasiado pobre, la gente de esa clase que políticos, empresas han destruido. Esa clase que está pagando una crisis que ni siquiera provocó, y la esta pagando a costa de sacrificar el futuro de toda una generación y el presente de millones de personas.

Y protestamos porque no podemos más, porque queremos dignidad.

Así que ciudadano no indignado, no juzgue, no escuche a los que no son nuestra voz, porque nuestra voz es la de todos. Porque como dijo alguien anónimo, tal vez seamos los hijos del bienestar pero no queremos ser los hijos del conformismo.